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Martes 28 de Febrero
Tercero y último día en Roma, hoy teníamos que aprovechar al máximo para ver todo lo que nos quedaba pendiente, ya que al siguiente día visitábamos Florencia. Roma: Vaticano y Coliseo era nuestros objetivos.
Visita al Vaticano
Como el resto de nuestros días, el tiempo nos acompañaba. Como recordaréis el día anterior debido a las largas colas para entrar en la Basílica de San Pedro, no entramos, hoy era nuestro primer destino mañanero. Hicimos bien, apenas unas 20 personas esperando para pasar el control de seguridad. Una vez dentro, como va siendo costumbre, una audioguia para mi marido….Empezamos a recorrer la iglesia católica más grande del mundo, tardaron en construirla más de 120 años, los mejores artistas de la época trabajaron en ella, la fachada de Carlo Maderno, la cúpula de Miguel Angel, y la plaza de Lorenzo Bernini. Esta Basílica se edificó sobre la tumba del Apostol San Pedro.

Algunos de los puntos de interés que podrás encontrar dentro sería por ejemplo, «La Piedad» de Miguel Angel, la tumba de San Pedro o la longitud de las principales iglesias del mundo señaladas en el suelo ( Sevilla, Notre Dame, Toledo, etc..). Desde este enlace podéis contratar una visita guiada.

Subida a la cúpula
Una vez concluida la visita, seguimos las indicaciones para subir a la cúpula. Tenemos 2 opciones, subir parte en escalera y parte en ascensor, o subirlo todo por escalera, esta ultima más económica. Nosotros, por si acaso, nos decidimos por mitad ascensor y mitad escalera. El primer tramo es el que realiza en ascensor, apenas unos segundos hasta llegar a la base de la cúpula. En este lugar puedes visitarla desde el interior, admirando sus mosaicos de cerca. A partir de ahí, empezamos a subir por unas escaleras y unos pasillos, cada vez más estrechos y curvados siguiendo la linea de la cúpula. Digamos que llegado a un punto, se torna incluso un poco claustrofóbico, pero merece la pena.


Una vez arriba estas son las vistas:


Coliseo romano
Una vez concluida ya la visita a la cúpula, emprendimos el camino hacia el siguiente monumento, del que no podíamos irnos de Roma sin visitar. Por supuesto: el Coliseo Romano. Aunque ya lo habíamos visto el día anterior desde el autobús, teníamos compradas las entradas para su visita interior. He de reconocer que la visita hubiera sido mucho más interesante si hubiésemos contratado un guía. De todos modos, es un lugar digno de ver. Uno se puede imaginar las peleas entre los gladiadores y los leones, y como el pueblo disfrutaba con ello. Si os interesa, en este enlace podéis contratar un tour guiado.

Foro y Palatino
Salimos del Coliseo y cruzamos enfrente para entrar al Foro y el Palatino. Ahí también hay que enseñar las entradas. Yo, al igual que para el Coliseo, os recomendaría un guía para esta visita.

Paseamos una media hora, pero la hora de la comida se nos estaba echando encima. No sé porque, en este viaje se nos hacia tarde el almuerzo todo los días.
Salimos y buscamos un lugar para comer a los alrededores. Encontramos un 100 montaditos!! Así que ahí nos quedamos. Es que nos tira la tierra!!
Basílica de San Pietro in Vincoli
Terminado el almuerzo, nuestra próxima parada era la Basílica de San Pietro in Vincoli. Otra de las obras de arte de Miguel Angel, se expone allí. «El Moisés»: escultura de mármol blanco realizada entre 1512-1515. Hay una leyenda que cuenta que para Miguel Angel, esta escultura fue la de mayor realismo. Tanto fue así, que al terminarla, Miguel Angel le golpeo la rodilla derecha diciéndole:»¿Porqué no me hablas?» sintiendo que lo único que le faltaba a la estatua era la vida. En la rodilla, podéis comprobar la marca del golpe.

Otras de las reliquias que esconde esta Basílica, es que bajo el altar Mayor, se encuentra las cadenas con las que se encarcelo en Jerusalen a San Pedro.

Basílica de San Juan de Letran
No nos podíamos despedir de Roma, sin visitar la Catedral de Roma, la primera iglesia que se construyo en esta ciudad. Estamos hablando de la Basílica de San Juan de Letran. El motivo principal por el que teníamos especial interés en visitarlo, era porque allí enfrente se encuentra la Escalera Santa por la que Jesúcristo subió para ser juzgado el Viernes Santo. Fue llevada allí desde el palacio de Poncio Pilato en el año 326. Sobre 1723, fue forrada de madera de nogal para protegerla del desgaste, ya que los peregrinos la suben de rodillas como signo de penitencia y oración. Algunas zonas están protegidas de cristal donde se puede ver lo que se cree que es la sangre de Jesucristo. Pero la mala suerte nos volvió a jugar una nueva pasada, al igual que con el Panteón, apenas llegamos a las puertas, nos la cerraron en plena cara. Una pena. Aquí podéis contratar un tour por las principales Basílicas de Roma.

Caminamos de vuelta hacia el Coliseo Romano para verlo de noche, tomando el metro en la estación próxima, poniendo rumbo a nuestro hotel. Nos despedíamos de Roma, ciudad con 3.000 años de historia, imposible resumir en 3 días, y como dice el refrán:
Roma non basta una vita, traducido Roma no basta una vida para conocerla.

Aquí os dejo el vídeo de nuestro tercer día en Roma:
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